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Mantener un orden en las zonas de trabajo y en los equipos ayuda a optimizar las tareas diarias del taller, lo que repercute en una mejora de estas. Se trabaja más rápido y más seguro. Existen unos hábitos sencillos y lógicos que ayudan a enriquecer la gestión del taller. Las áreas en las que se pueden aplicar son variadas.

Hoy en día, existen fosos de inspección que ya vienen de fábrica con todo lo necesario para instalarlos en el hueco. Se les llama “suelos modulares” y ayudan a mejorar la eficiencia porque reducen los costes, agilizan el trabajo y facilitan su movilidad. Si hablamos de reparar un sistema electrónico, es fundamental disponer de un equipo de diagnosis adecuado con los datos del fabricante; y, además, mientras se realiza la tarea hay que mantener la batería para que no se agote durante el proceso, ya que cualquier interrupción lo puede dejar inservible.

Cuando hay que alinear un vehículo, lo ideal es utilizar un sistema informatizado basado en sensores, de 4, 6 o, incluso, 8, que transmiten la información a un ordenador. Este efectúa un modelado 3D con las especificaciones que hay que realizar en el coche para que vuelva a los valores de fábrica. Si hay que cambiar el sistema de transmisión, antes de colocar el embrague nuevo, se puede empezar por comprobar si hay aceite en la junta del volante del motor o de la caja de cambios para limpiarlas o sustituirlas. También es necesario acudir al centrador de embrague para que todo quede ajustado.

Optimizar los sistemas de suspensión y el cambio de lunas

Hay muchos tipos de amortiguadores dependiendo del sistema de suspensión, pero ahora existen los amortiguadores telescópicos premontados, que ahorran mucho tiempo en su montaje y, por tanto, también dinero. Las áreas de chapa y pintura, aunque separadas físicamente, están ligadas ya que un mal trabajo en la primera condiciona la segunda. Es decir, la comunicación es esencial. Además, no hay que olvidar que estas zonas deben contar con las herramientas necesarias para el buen desempeño del trabajo.

Otra tarea a tener en cuenta es el uso del poliéster a la hora de incorporar láminas de tintado en las lunas, el tratado de estas con resinas repelentes al agua o la recalibración de los sistemas ADAS de ayuda a la conducción, todas ellas tareas que suponen un plus al cliente.

Por último, no se puede obviar el trabajo de los empleados. Si estos cooperan, el esfuerzo de cada uno de ellos se potencia. El reparto de esfuerzo y de responsabilidades, la motivación y la ayuda mutua solo traen ventajas e impulsan la optimización de los recursos del taller.

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