imagen Vacaciones de verano: ¿Tengo mi vehículo a punto?

Llega el verano, la época del sol, la buena temperatura y el viaje de vacaciones que seguramente ya planeas, en solitario, con familia y/o con amigos. Como todos los años, es tu coche el que llenas de maletas y útiles, para sacarlo a la carretera y meterle una buena inyección de kilómetros. Y en ese escenario de sol, temperaturas elevadas y horas al volante, se hace necesario tener la seguridad de que tu vehículo está en perfectas condiciones, por seguridad y también por cuestiones económicas: un estudio de Quadis (una de las principales redes de concesionarios y talleres en España) dice que un correcto mantenimiento puede llevar a ahorrar hasta 2.000 euros en averías y consumos ¿qué hace falta comprobar?

Un punto básico es, por supuesto, el de los neumáticos: son el contacto permanente del coche con el suelo y los que padecen los rigores de un asfalto que en esta época está además a una elevada temperatura. Es clave comprobar su desgaste (sobre todo en los flancos) y su nivel de presión. Si los indicadores en la banda de rodadura son inferiores a 3 milímetros, es momento de cambiar; mientras que con una presión demasiado baja y a estas temperaturas, esa banda de rodadura se calienta aún más, acelerando el desgaste y favoreciendo los inoportunos pinchazos. A la hora de ajustar esta presión (una tarea que no conlleva complicaciones), basta con ajustarse a las recomendaciones del fabricante, a lo sumo añadir unas décimas más si se viaja con toda la familia o una gran carga en el vehículo.

Igual de fundamentales en el vehículo son los frenos. Ya sabes que su funcionamiento se basa en el roce entre las pastillas de freno y el disco, una acción que genera calor y puede llegar a una temperatura muy elevada en verano con el calor exterior, aumentando el riesgo de que los frenos se sobrecalienten, se deformen los discos o se consuma más rápido el líquido de frenos. Revisar el nivel de este último es más sencillo, quizá no tanto constatar el estado de discos y pastillas; para eso está la opción de llevar el coche al taller, aunque si notas cosas como una vibración al frenar o que la reacción en la frenada es más larga de lo habitual, vete sin dudar.

Aceite, fluidos y otros

Otro aspecto básico es el nivel de aceite y de otros fluidos del vehículo. El aceite hay que revisarlo en frío y con el coche nivelado; al resto de líquidos como frenos, limpiaparabrisas, radiador, líquido de dirección o de refrigeración, conviene echarles un vistazo también, ya que las altas temperaturas del verano pueden haberlos evaporado o consumido a un ritmo mayor del que se podría imaginar. En esta época del año, y con la perspectiva de muchas horas en carretera, cobra especial importancia comprobar que el climatizador o aire acondicionado funcionan correctamente, ya que son la clave para hacer las horas en carretera más placenteras o convertirlas en una gran agonía.

Por supuesto, no se pueden dejar de lado otros aspectos que no son decisivos en el funcionamiento del coche, pero sí importantes. Es el caso de los limpiaparabrisas (los cambios de temperatura afectan a las escobillas), el filtro del aire (si está sucio, elevará el consumo de carburante), o desde luego, el buen estado de la rueda de recambio, el disponer de los chalecos y triángulos de emergencia, y la documentación en regla del vehículo.

(foto: ideal.es)

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